-Te quiero, Jason Hart- le estaba susurrando Honey mientras acercaba su rostro al de él.
-Lo siento- se disculpó Jake-, ¿cómo dices?
-He dicho que te quiero.
-¿Por qué?-le preguntó Jake, sorprendiéndose a sí mismo-. ¿Por qué me quieres?
¿Por qué le estaba preguntando eso? Odiaba cuando las mujeres le hacían preguntas de ese tipo, como si los sentimientos debieran tener razones. Y en ese momento él estaba haciendo lo mismo. ¿Por qué?, se preguntó y casi se echó a reír.
-¿Qué por qué te quiero? -repitió Honey-. No lo sé ¿Por qué se ama a la gente?
Esa respuesta,que era palabra por palabra la que él habría dado si hubiera sido ella quien formulara la pregunta, le pareció extraña y casi irritantemente insatisfactoria. Se percató de que había momentos para la verdad y otros en los que la verdad no era suficiente.
Una nueva colección de lágrimas le nubló los ojos y empezó a rodarle por la mejillas.
-Por favor, Honey, no llores.
-Lo que pasa es que a veces siento que te me escapas.
-No me voy a ir a ninguna parte.
-No quiero perderte.
-Y no me perderás.
1 comentario:
¡Quedate hasta que me duerma!
Dios... creo que nunca lloré con un libro tanto, nunca leí un libro tan tan tan bonito...
un besinnnnn :)
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